Una nueva travesía
¡Voto a bríos!
Hacía ya tiempo que no me sentaba en mi camarote, a la luz de esta vela, a dejar por escrito esos pensamientos, reflexiones, dudas, que se agolpan sin orden ninguno.
Probablemente hoy tampoco lo haga. Demasiadas ideas que necesitan ser ordenadas de antemano. No quiero pensarlo demasiado, pero sí sentirlo.
Gobierno mi barco y mi tripulación con mi propia vida, sin saber en ocasiones la meta que estoy buscando. Ya es bastante difícil ser capaz de elegir un rumbo, entre los apuntes de cirugía, o el idealismo más salvaje. Y aún más difícil asumir las consecuencias de esos giros de timón…
No hace mucho que me salí de la ruta marcada por los barcos mercantes, para saquear, conocer el mundo desde el mundo y arriesgar el todo a cambio de nada. Y gran parte de mi tripulación todavía me dirige miradas desconfiadas. No es a ellos a quien corresponde la toma de decisiones, pero sí es cierto que a veces pienso que sólo la bruma matinal me entiende, extendida por todo el océano, sin límites impuestos por nada ni por nadie.
Habrá a quien no le guste mi modo de escribir. ¡Que lo arrojen por la borda!. Yo soy pirata, no escritor. Es imposible que quien le guste a todos, se guste a si mismo.
Mi lugarteniente me llama… Se acerca una tormenta, y mis hombres están nerviosos. Quizás debamos desviarnos unos grados al Oeste durante unos días… Te mantendré informado.
Suspiro. Este es el momento en que me sentaría a tomar ese café dentro del mapa de África, y quedarnos en silencio antes de hablar de la espesura del mundo, contigo Alfonso y con Gonzalo, que parece cansado.
Pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario