Espero que el viento...
Por Bastian.
4 veces. Me he sorprendido hoy 4 veces a mi mismo, con la mirada perdida en el horizonte, y recordando esa batalla…
Hacía ya varios días que no me volvía a la cabeza con fuerza. Y resulta triste mirar en ese momento a tu alrededor y ver que el barco aún no está completamente reparado.
Hay muchos encuentros con barcos que te marcan para siempre, otros que sólo los ve el vigía, inclinado sobre la arboladura y esforzándose para distinguir las formas a través de su catalejo, otros con los que al cruzarte te enorgulleces de enarbolar bien alto nuestra bandera pirata. Y de vez en cuando, libras feroces batallas en las que, en cierto modo, siempre ganas algo y pierdes algo.
¿Sabes? La victoria en una de estas batallas depende en un 90% de las condiciones de tu barco, y de la confianza que tus hombres tengan en él. Todo indicaba que la victoria sería nuestra, pero nada más lejos de lo real. Cayeron muchos de mis hombres, y otros aún se recuperan de sus heridas. Es en esos momentos cuando nadie debe percibir que un capitán ha perdido la fe en si mismo, su coraje o sus sueños. Y os aseguro que es difícil.
Hay algo peor que la derrota y la muerte en una batalla. Ver entre sangre y humo como el vencedor se aleja, dejando tu buque destrozado. Mirar alrededor y ver a hombres heridos que caminan sirviendo de apoyo a otros. Y saber que tú serás quien debe levantarlo todo de nuevo, desde el velamen hasta la moral de tus más fieros compañeros.
Espero que el viento...Algún tipo de ilusión había conseguido que al mirar mi barco, no viese ninguna señal de aquella derrota. Pero esos 4 momentos de vacío han sido suficientes para devolverme a mi realidad. El maestro carpintero sigue afanándose por asegurar las vías de agua abiertas, y sus ayudantes aún no han terminado de zurcir la vela mayor.
Aprieto con fuerza el hombro derecho de Roberts, mi fiel amigo, que no consigue concentrarse en notas y dibujos y aún está algo aturdido. Es uno de los que mejor me conoce y entiende. Hace unos años, él fue el capitán de este barco, cuando yo sólo era un oficial de segunda.
Espero que el viento nos devuelva a todos esa tranquilidad que añoramos, y borre algunos de esos frágiles recuerdos. Ambos sabemos que en unos pocos días, pequeñas batallas seguirán sucediéndose y necesitamos hacerles frente juntos, espalda contra espalda. Tenemos poco tiempo y necesitamos poder aprovecharlo.
Adelante.
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