- Bastian - Will - Roberts -

20 de julio de 2005

La última escala

Por Bastian.

A los piratas nos encanta el silencio, aunque muy poca gente lo sabe. La isla nos devolvió la calma que nos faltaba, y la ilusión por recuperar un rumbo. El rumbo al sur.

Una semana para reconstruir la nave, para aprovisionarla y preparar un viaje tan complicado no es suficiente, pero no tuvimos tiempo para más. A veces me gustaría tener más tiempo para mi, para pensarme y conocerme, pero no soy capaz de hacerlo.

Noté una brisa en la cara, y sin saber por qué, la sensación de que todo se debe volver a poner en marcha se apoderó de mi. Era consciente de que era un nuevo “ahora o nunca", y debo reconocer que los “nuncas” siempre me han aterrado.

Y en ese mismo momento en que nos volvimos a poner en marcha, una nueva brisa te desarma, arrebata el aliento, y hace brotar lágrimas de nuevo. Pero esta vez de alegría. Vuelves a ser consciente de que la soledad sólo es de quien no se atreve a sentir lo evidente, y de que todo puede ocurrir, incluso lo más inesperado. Volver a trazar mapas. Volver a soñar con un puerto en un futuro. Frotarse las lágrimas con la manga de la camisa, con un movimiento brusco, y escrutar con ojos rojos un horizonte que pronto será mío.

Había llegado el momento, se elevaron las anclas y zarpamos. África.

No hay comentarios: