Acceso a medicamentos esenciales (2): La cadena de barreras
Por Roberts, para Unglobal.
La falta de acceso a medicamentos esenciales es el último eslabón de una complicada cadena de factores, que influyen a distintos niveles. Esta cadena está formada por los siguientes elementos: investigación y desarrollo, producción suficiente y buena calidad de los fármacos, distribución, información adecuada, correcto diagnóstico, prescripción, precio asequible, cumplimiento del tratamiento y farmacovigilancia.
De esta misma manera, la OMS identifica seis grandes desafíos a los que hacer frente para mejorar el acceso a fármacos esenciales en países en vías de desarrollo: medicamentos inasequibles, uso irracional de las medicinas, mecanismos injustos de financiación de la salud, provisión poco fiable de medicinas, falta de calidad de medicinas, y la necesidad de nuevos fármacos.
Si un eslabón falla, la cadena se rompe, y falla el acceso. Por eso todos los eslabones son importantes.
Para ir explicando el tema, voy a considerar dos grandes bloques de factores. El primero está relacionado con la disponibilidad de medicinas efectivas a un precio asequible, y la obtención de estas por el mercado farmacéutico local y los servicios de salud a través de las grandes compañías farmacéuticas. El otro grupo se refiere a si la gente tiene acceso a infraestructuras y servicios de salud y reciben y hacen un uso correcto del tratamiento que necesitan, y en esto hay que considerar aspectos tan importantes como la pobreza, o la escasez de profesionales sanitarios.
Ya de primeras, esto nos tiene que abrir un poco la mente... Se habla mucho de las leyes de protección de patentes y la propiedad intelectual, pero, o entendemos bien el contexto en que esto se mueve, o no sabremos qué criticamos exactamente y por qué. Esto del acceso a medicamentos esenciales es algo muy grande y, seguramente, la única forma de hacerlo posible es mediante la suma de esfuerzos de gobiernos (de países ricos y pobres), el sector sanitario, donantes, agencias internacionales, ONGs, compañías farmacéuticas, investigadores, consumidores, y el sector privado.
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