- Bastian - Will - Roberts -

2 de agosto de 2005

Cuero

Por Bastian.

Y se supone que ya ha pasado todo y, sin embargo, no lo siento así. Nos robaron mucho dinero al poco de llegar aquí. Y desde entonces se me hizo una especie de nudo en el interior que sigue sin deshacerse. Y ya lo debería haber hecho.

Las sospechas por el robo, las preguntas y los interrogatorios. Hablar con las familias que podían estar implicadas en el robo, e intentar obtener una verdad en medio de la miseria. Sentirte un ladrón sin escrúpulos cuando todo lo que intentas es recuperar el dinero de un proyecto. Hacer cuentas una y otra vez intentando escudriñar la posibilidad de que todo siga adelante. Recibir amenazas, poner denuncias, pensar más cosas de lo normal, y tener miedo. Un miedo no comprendido a lo que pueda pasar. ¿Y si todo se viniera abajo?

Muchos creen que tengo una facilidad especial para preocuparme por todo. Pero yo no lo creo así. Quien no conoce algo, no se puede preocupar de verdad por ello. Yo he visto nacer este proyecto. He peleado desde el principio de todo para darle forma a un sueño que suena a locura, para luchar contra mi propio yo y contra todo lo que me rodea para devolverle la coherencia al mundo sin recibir nada a cambio. Y sé que se puede venir abajo fácilmente. Y si esto se muere, se muere una parte de mi, y una de las más importantes: La esperanza en que todo puede cambiar, en que todo tiene un sentido por si mismo, y que merece la pena luchar por hacer justicia en un mundo de desiguales. Quizás sea esto lo que otros no comprenden. Para muchos, esto puede ser una experiencia, puede ser una oportunidad, o el modo de sentirse de algún modo realizado. Pero para mi, esto es lo que soy.

Claro que es más fácil pensar que no pasa nada, que todo va a salir bien, que no merece la pena pensar mucho más. ¿Pero quien, si el médico le dice que su hijo se va a curar, se tranquiliza por completo? Yo necesito verle jugar, correr y sonreir. Las palabras, deseos y esperanzas no valen cuando sientes algo fuerte. Necesitas hechos.

Estoy agobiado, intranquilo por no sé exactamente qué, y necesito un tiempo para mi. Un tiempo para olvidar las preocupaciones y partir de cero. Pero por alguna razón sé que no tendré ese tiempo hasta dentro de mucho. No sabría decir esa fecha.

¿Por qué a nadie le preocupa la relación con la otra ONG que trabaja aquí?. ¿Por qué a nadie le preocupa que vayan a flaquear las fuerzas en Granada?. ¿Por qué a nadie le preocupa que Jerad se plantee con frecuencia irse de aquí?. ¿Por qué a nadie le preocupa que las mujeres que quieren lanzar su propia ONG quizás no tengan la capacidad o los medios de gestionarla correctamente?. ¿Por qué a nadie le preocupa la ingente cantidad de trabajo que tendremos a nuestra vuelta si somos coherentes?.

A veces echo en falta palabras de ánimo. Quizás muchos crean que puedo con todo y que no necesito un hombro al lado en ocasiones. O se equivocan, o es que no quieren ver la realidad. Y si no lo creen así, desde luego que lo demuestran.

El cuero en que están trenzados mis sueños se endurece, se curte. Las heridas se hacen callo. Y sientes que cada vez puedes seguir tensando un poco más la cuerda. Sólo tengo miedo de que un día la tensión la rompa. Pero no soy yo quien elige eso.

Tengo mucho trabajo, y no consigo concentrarme en él.

Daría un pedazo de alma a cambio de que alguien me mostrara el futuro que anhelo. Que un grupo de mujeres luchadoras de Baneghang se han puesto de acuerdo para sumar esfuerzos contra el SIDA, el paludismo, las enfermedades infecciosas, que han sabido gestionar su autofinanciamiento, que tiene continuidad sin nosotros, que trabajan honradamente por el bien comunitario, y que sienten que ellas mismas han sido quienes lo han puesto todo en marscha. Y saber que los 4 que comenzamos esta locura nos miramos y asentimos. Una palmada en el hombro, un guiño de confianza.

Siento que camino con demasiado peso sobre los hombros. Espero ir recuperando fuerzas poco a poco.

No hay comentarios: